La primera gran remodelación de El Molinón cumple un siglo

7 años ago · Updated 5 años ago

La primera gran remodelación de El Molinón cumple un siglo Sporting1905

El Molinón es el gran coliseo del fútbol gijonés desde 1908, lo que le convierte en el campo más antiguo del fútbol español. Desde entonces y hasta nuestros días, ha vivido paulatinas obras de acondicionamiento y mejora, si bien su primera gran remodelación se llevó a cabo en el verano de 1917. Fue extraordinariamente celebrada. Hoy se cumple un siglo de ella.

Aquel 5 de agosto El Molinón pasó a convertirse en uno de los mejores campos  de foot-ball del país, con una ornamentada tribuna, unos modernos vestuarios, una estética cantina y un sólido cierre, entre otras relevantes mejoras. Las obras dieron un lustre especial al campo, en el que el Sporting había afrotando una remodelación de gran envergadura.

Un Gijón estival y festivo

El fútbol se había consolidado en 1917 y en el caso de Gijón tomaba capitalidad a orillas de un río Piles, que estaba a la espera de su canalización, lo que acabaría por convertir su entorno en la más privilegiada zona de ocio de la ciudad. Con el tiempo se fueron integrando el parque de Isabel La Católica, el Palacio de Deportes, el Pueblo de Asturias… y la Feria de Muestras, que transitó por la misma Tribunona antes de su puesta de largo al otro lado de la ribera, aunque este es capítulo para otra efeméride de la fecunda historia de nuestro campo decano.

Gijón vivía en agosto de 1917 un verano de exultante intensidad. Como parte del mismo, el Ayuntamiento concedió al Real Sporting la organización de la que entonces se denominaba “fiesta del árbol, de gran prestigio en la villa.

El diario El Noroeste lo contó así: “A las diez y media de la mañana estaban citados en el Ayuntamiento todos los concejales para asistir a la fiesta del árbol que, organizada por el Real Sporting, tendría lugar en el campo de El Molinón”. Por su parte, El Comercio explicaba que “mucho antes de dar comienzo los festejos, el campo de juego de dicha sociedad deportiva se encontraba animadísimo, ocupando las tribunas muchas familias pertenecientes a la buena sociedad gijonesa”.

En el fondo del campo se levantó “un artístico altar con la imagen de la Inmaculada, gallardetes con el escudo de Pelayo, la Cruz de la Victoria y numerosas banderas con  los colores nacionales”.

La crónica de sociedad apuntaba que “una de las tiendas colocadas a ambos lados del altar la ocupaba el alcalde, señor Piñera Alvargonzález, con su bella hija María del Carmen, concejales señores Pérez Cofiño y Laviada, y el oficial del Negociado de Instrucción Pública, señor Fonticiella”.

Proseguían explicando que los Condes de Revillagigedo, así como el alcalde de la ciudad y su hija actuaron de padrinos y madrinas, respectivamente, en el acto de bendición de la bandera del Sporting, que había sido donada por Araceli González, hija del entonces presidente de la entidad, Manuel I. González Riera. La bandera llevaba los colores de “dicha sociedad y un escudo con la matrícula de Gijón”.

El Molinón se llenó a rebosar. “A la derecha del altar se colocó la Cruz Roja y en el lado opuesto, los exploradores. En el frente estaban los huérfanos de la guerra, y los jefes y oficiales de la guarnición presididos por el comandante militar de la plaza, señor Suárez Vales, en el centro. Luego seguía toda la fuerza de infantería en número de 900 hombres, mandados por los capitanes de cuartel y oficiales de semana, hallándose al frente de ella el comandante del Príncipe, don Luis Tolívar. Cerraban la formación las tropas del escuadrón de Talavera a caballo. La sección de ametralladoras se hallaba formada a lo largo del campo, al lado izquierdo del altar. En los lugares destinados a las comisiones especiales se hallaban representaciones del Real Instituto de Jovellanos, Escuela de Comercio, escuelas de Industrias y otros centros, asociaciones de  cultura e higiene, maestros de las escuelas nacionales y particulares con sus respectivos alumnos y un público numerosísimo que daba un aspecto brillantísimo al campo. También se hallaban las bandas de Gijón y la infantil”.

A tenor del relato, cabe pensar que el rectángulo de juego estaba a rebosar. También hubo celebración de una misa y diversas interpretaciones musicales por parte de bandas de músicas, una orquesta y varios coros.

La “fiesta del árbol” y enfrentamientos deportivos

Como parte de la “fiesta del árbol”, que se celebró por la mañana, se plantaron 68 árboles y arbustos a ambos lados de la avenida de El Molinón y al final de la calle de Ezcurdia, así como dentro del propio campo. La jornada matinal concluyó con un lunch.

Los actos deportivos quedaron para la tarde, aunque como preludio a los mismos se celebró a mediodía una prueba de natación que se desarrolló en la playa de San Lorenzo.

Finalmente, los titulares y reservas del Sporting disputaron un partido que ganaron los primeros por 2-0. Cada uno de los once vencedores recibió una medalla de oro, regalo del Conde de  Revillagigedo, mientras que las de oponentes fueron de plata, donadas por el presidente rojiblanco, Manuel I. González Riera.

El Comercio exponía que “hemos visto que cuenta nuestra primera sociedad deportiva con un segundo teamde gran empuje y de juego vistoso”. Añadía que, “haciendo honor a la verdad, el reserva dominó al primero y vimos más jugadas en aquellos que en los segundos. Verdad es también que en el primer equipo faltaban Ituarte, Senén Villaverde, Alonso y Felgueroso”.

Los reservas formaron aquella tarde con Luis Alvarez, J. Torrens, Salas, Vaquero, Manolín Meana, Luis Fernández, Ramón López, Angel Ceínos, Manolo Malet, Trapote y Rocío Iglesias.

La jornada finalizó con un banquete en la “Terraza de la Playa”. Un gran fin de fiesta, según los rotativos locales para dar “fin a los festivales que nuestra primera sociedad futbolística organizó para festejar la total terminación de las obras del magnífico stand del Molinón ,que ya figura como uno de los mejores stadiums de la nación”.

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