Despedida entre lágrimas de Sergio Álvarez tras ser traspasado al Éibar

hace 6 años · Actualizado hace 5 años

Incapaz de contener las lágrimas, con una emoción que le brotó desde la primera línea que con tremenda dificultad pudo leer de un texto que traía preparado, Sergio Álvarez se despidió del Sporting para tomar camino hacia tierras vascas donde le espera el Eibar.

Explicó que quiere continuar a sus 26 años su carrera deportiva en Primera División y que no quería marcharse sin antes despedirse y, especialmente, sin dar las gracias, que extendió al club, al cuerpo técnico, a cuantos entrenadores tuvo, a los servicios médicos, delegados, con especial recuerdo para Quini, miembros del departamento de comunicación, cocineras, utilleros, demás trabajadores de la entidad, prensa, afición y compañeros de vestuario.

“Llegué con 13 años y me voy con 26, mejor persona y como futbolista profesional”, explicó. Añadió que “este es uno de mis momentos más difíciles, porque no me es fácil marcharme de mi casa, donde siempre me he sentido muy valorado”. Considera que se está “ante una buena operación para mí, pero también para el club”, para el que pidió el máximo apoyo a la afición.

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